Son una opción más dentro de la oferta de depósitos aunque, en este caso, la remuneración en lugar de ser en metálico, toma forma de retribución en especie. Realmente estamos ante un clásico dentro de la oferta de ahorro de las entidades financieras aunque, antaño, estos depósitos en muchas ofertas combinaban una parte de retribución en metálico con otra parte en forma de regalo. Hoy por hoy, con las rentabilidades de los depósitos tan bajas, esas combinaciones no se dan y en definitiva, el depósito en especie toma forma de producto con carácter propio.
Es cierto que no se trata de un modelo para todos los ahorradores aunque, las ofertas se repiten y por tanto es obvio que existe un público para este tipo de producto de ahorro.
Depósitos vs Cuentas Remuneradas
Los depósitos en especie
Probablemente el usuario más joven, que es el menos acostumbrado a este tipo de depósitos, no vea una gran utilidad en los depósitos en especie. Estos depósitos han variado en cierta medida los elementos de retribución, si antes por ejemplo se centraba mucho en cuestiones como grandes juegos de vajillas, o menaje de hogar, ahora, además de ofrecer estas propuestas, coquetean cada vez en mayor medida con productos tecnológicos.
Realmente el usuario a la hora de tomar la decisión de si le merece la pena un depósito en especie o no tiene que tener en cuenta algunas cuestiones elementales:
- Cuál es la imposición mínima: todos estos depósitos en especie exigen un mínimo de imposición, que, lógicamente también suele coincidir con el máximo de lo aportado por el usuario ya que la retribución por mayor importe no existe habitualmente.
- Cual es el valor de mercado de la retribución: Este es otro dato básico, debemos conocer el precio de mercado de lo que se nos ofrece para realmente descubrir cuál es el porcentaje de beneficio a nuestro favor en la operación, ya que, no olvidemos, la retribución en especie es otro modelo de rentabilidad, no un sistema de regalo por imposición.
- Cual es la utilidad real de la retribución: Acercarse a un depósito en especie con una retribución que realmente no nos aporta utilidad no es tal vez una buena idea. Debemos tener en cuenta que aunque lógicamente obtendremos sobre el papel un precio mejor que el del mercado en esa retribución en especie, el margen de diferencia no es probablemente lo suficientemente amplio como para justificar una operación en la que posteriormente colocamos en venta la retribución, por tanto, de no tener un objeto o utilidad real hay que pensar mucho en hacer este tipo de operaciones.
- La revalorizacion de la retribución: Éste dato debiera ir acompañando al anterior. En ocasiones vamos a encontrar retribuciones en especie de productos u objetos de alta calidad y series limitadas que con el paso del tiempo pueden presentar efectivamente un aumento de su valor, con lo cual, también suponen un aumento de la rentabilidad.
Si se dieran las condiciones de interés a partir de las cuestiones anteriores, y en la comparativa entre el rendimiento de un depósito estándar al mismo plazo nos diera como resultado que la diferencia de precio de la remuneración en especie con respecto al precio de mercado, arroja un porcentaje superior en varios puntos al rendimiento en metálico del depósito estandar, la opción del depósito en especie puede estar justificada.